Comentario semanal para el periódico El Día de Tenerife
Me parece que de aquí a poco a los dirigentes del partido canarista de estos lares no les va a quedar más remedio que cambiar las siglas. Lo siento, pero a la fuerza ahorcan. Si leemos las siglas C.C. ya no estamos hablamos de Coalición Canaria,
estamos hablando de doña Carmen Calvo. Eso se llama salto a la fama. De la abadía a los altares. De la cocina al Cielo, que Dios anda entre los pucheros de esta cocinera antes que fraila. Existe un aforismo –creo que apócrifo, aunque quizá lo pariera Napoléon, Oscar Wilde o Groucho Marx, sujetos éstos que sentenciaron sobre casi todo– que dice que para no hacer evidente tu torpeza has de rodearte de colaboradores aún más torpes. Con la de mujeres inteligentes que hay en España –por ejemplo, todas las novias que me dejaron– y Zapatero, gran vendedor de humo, motos e incluso fragatas que disparan caramelos en lugar de pepinos, tuvo que escoger precisamente a esta lumbrera. Y para Cultura. Le dio un canuto para hacer la “O” pero sin instrucciones y lo lió todo. Y la doña empezó a echar humo. No nos merecíamos esto. O ésta. A la semana de estrenar el traje de chaqueta a juego con la cartera ministerial
ya había suprimido el IVA de los libros y los discos. Toda una pionera en Europa. Por menos de eso –no querer pagar impuestos– acaba el personal en la trena. Aquí
la rectificaron, como en los talleres, y la pusieron otra vez en circulación. Pasada la ITV se reunió con los suyos, los que andan entre pucheros y baterías como ella. Y entre baquetas y acordes, reyes del pollo frito y de la zarzuela –de mariscos–, decidió hacerse a la mar y echar las redes. Y la misma Red, a pique. Sin navegantes no hay piratas, muerto el perro se acabó la rabia y extinguida la raza canina estaremos más anchos y tocaremos a más. Es la solución apropiada al problema. Tampoco deberíamos quejarnos tanto, porque siempre te puede salir un pacifista de tronío que lo mismo te canta el “Himno a la Alegría” que el “Himno de la Guardia Civil”. ¿O no acaba de declarar –lleno de poesía y lirismo–, don Miguel Ríos que:
"En estos putos tiempos, el único ministerio imprescindible en la lucha por nuestros derechos es el del Interior Pues nada, a ello, que sólo somos diez millones los analfabetos cableados como chinos. Lo mismo pensó Hugo Chaves acerca de los suyos y ya ven dónde ha llegado. Presidente bolivariano y ahora además capitán de una flota de guerra española. No mandamos nuestros barcos a luchar contra estos elementos. Ni estas elementas. Nos hundimos, elemental querido Watson, que somos malos navegantes y navegantes malos.
Más que malos, piratas. Y vendrá don Miguel, el autor del “Blues de la guagua” –así no rima pero hay que ser caritativos con la antigua CC– y llamará al 091. No sé si la nueva policía la traerá Coalición Canaria o la estilista Carmen Calvo. Tanto da, en todo caso será policía “marca CC”. Y es que un estado policial es un estado más seguro, más democrático y más libre. Ya lo dijo Mr Bush, todo un profeta para derechas, izquierdas e, incluso, nacionalistas. Y además de policía, la doña añadirá un canon y un par de huevos duros. O media docena. Así que a todo lo que se mueva le dispararemos un canon-azo. Y punto, que diría Fraga.
P.S.: Acabo de leer dos más que recomendables comentarios sobre el asunto. Se trata de los imprescindibles Enrique Dans y José Cervera. Rara vez la gestión de un ministro ha suscitado tal unanimidad en su valoración.