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IAC me llegan algunas fotografías de lo que ha acontecido –y a estas horas todavía acontece– en la isla de La Palma. Un incendio, un pavoroso incendio usando el tópico, que vuelve a amenazar a aquella maravilla de la naturaleza. Las fotos han sido tomadas por los compañeros del Observatorio del Roque de los Muchachos, evacuados de allí por la lógica prudencia (madre de la Ciencia, como saben).
Todavía no se sabe si ha sido o no provocado. Quizá, como tantas veces, no se sepa nunca. Calor hace un rato en Canarias pero esto, aunque es condición necesaria, no es del todo suficiente. De momento parece que no, que el IAC no se mueve tampoco de ésta de la cumbre palmera. La Caldera hierve pero no lo suficiente.
Porque, aunque parezca increíble, hay gente a la que le estorbamos (nosotros y los bosques y el paisaje verde). Es difícil convencer a aquéllos que nunca han mirado más allá de su ombligo para que levanten la cabeza y miren al Cielo. Ahora que Tenerife es ya casi una isla perdida para la causa –la especulación urbanística es, simplemente, brutal– aún nos queda La Palma pero, ¿por cuánto tiempo? La Ley del Cielo no gusta a unos cuantos, ni aunque el mismísimo San Pedro bajara a explicarla. Ya saben que no hay macrodiscotecas por la
Isla bonita, ni neones, ni cañonazos de luz, ni mucho negocio turístico ni inmobiliario...
Por cierto, a raíz del post aquí publicado acerca del Katrina y las predicciones científicas al respecto, hay quien entre bromas y veras me ha sacado a relucir el
famosísimo reportaje de la BBC sobre el Pico Viejo de La Palma, y el subsiguiente desastre en forma de tsunami que provocaría –o eso dicen ellos–. La argumentación simplista dice que, en este caso, también está predicho científicamente que los palmeros van a anegar NiuYork, y que a ver si ahora sí van a tomar éstos precauciones y nos envían unos cuantos portaaviones cargados de su obesa policía militar. Los dos casos no admiten comparaciones. Ni por los intervalos de tiempo –las inundaciones en Nueva Orleans estaban cantadas de forma inminente mientras que el hipótetico desplome del volcán palmero puede tardar miles de años–, ni por el tratamiento científico que tiene detrás.
Scientific American no se ha preocupado (que yo sepa, aunque puedo estar equivocado) del asunto, ni le ha dado mayor credibilidad al geólogo británico que acuñó la hipótesis...