"-!Señores, señoras y doncellas! Sólo mi Panacea Universal puede prolongar el tiempo que os ha sido asignado y regenera los tejidos gastados del cuerpo. Vuelve elásticas las articulaciones rígidas y rígidas las articulaciones fláccidas. Da una chispa pícara a los ojos agotados. Transmuta la enfermedad en salud, impide la caída del pelo y logra que vuelvan a brotar las coronillas brillantes. Aclara la visión nublada y agudiza los intelectos embotados. Se trata de un excelente cordial, más estimulante que el mejor tónico, un purgante más suave que una lavativa de crema. La Panacea Universal combate la hinchazón y el flujo sanguíneo lento, alivia los rigores del sobreparto y el sufrimiento de la maldición femenina, y extirpa los trastornos escorbúticos traídos a la costa por la gente marinera. Es buena para bestias o humanos, la perdición de la sordera, ojos doloridos, toses, consunciones, dolores de estómago, ictericia, fiebre y escalofríos. ¡Cura cualquier enfermedad! ¡Libra de las preocupaciones!
Barber vendió una buena cantidad de frascos que tenía en la tarima. A continuación, Rob y él montaron un biombo, detrás del cual el cirujano barbero examinó a los pacientes. Los enfermos y los achacosos hicieron una larga cola dispuestos a pagar uno o dos peniques por el tratamiento..."
Fragmento de El Médico de Noah Gordon.
No han cambiado mucho las cosas desde el año 1002 en el que transcurre la novela, salvo que ahora el
precio del tratamiento es de 50 euros el bote.... Eso sí, sólo en Canarias.