Últimamente sólo aparezco por aquí cuando me piden que publique cosas. O sea, muy poco, porque "El Muro de Planck" es una bitácora algo dejada. De la lectura de lo que recojo hoy aquí -noticia que ya ha aparecida en varios blogs- se podría inferir que, quizá, el futuro sea aún más negro y no sólo yo deje de escribir, sino que uds dejarán de leer.
Vean si no:
"El laboratorio LHC tiene un 75% de probabilidad de extinguir la Tierra"
El enlace (uno de tantos) viene completo
aquí.
Leyendo el texto, uno no puede sino flipar un colores.
"Dos científicos denunciaron ante un tribunal de Hawai las actividades del mega acelerador de partículas Large Hadron Collider porque dicen que puede acabar con la humanidad. Uno de ellos, el español Luis Sancho"
No sé quién es el tal Luis Sancho, pero más parece Quijote. El otro fulano yanqui ya es conocido por otros disparates previos allá en el país de las barras y estrellas. La argumentación está basada en la más pura ciencia ficción, pero en estos temas tan complejos uno ya no puede distinguir "churros de meninas", como dicen que apócrifamente reza el aforismo ya apócrifo perse, que hasta eso tergiversan. Por ejemplo, copio y pego:
"Su teoría expone dos riesgos fundamentales: cuando el LHC entre en funcionamiento -se prevé que en mayo de 2008-, podría crear un agujero negro que literalmente se tragara al planeta y podría originar una "materia extraña" que convertiría la tierra en una estrella de neutrones sin vida tal y como la conocemos. Según Wagner y Sancho, la combinación de ambos peligros genera una probabilidad del 75% de que el LHC acabe con la Tierra. O, cómo explicó Sancho a la justicia estadounidense, "el CERN quiere que juguemos a la ruleta rusa con dos balas"."
El primer razonamiento que se me ocurre es que estos tipos debe de pensar que la comunidad científica internacional, aparte de estúpida para autosuicidarse -valga la redundancia-, es manirrota. Porque el chisme en cuestión -fundamental en la investigación de la física de partículas- cuesta cinco mil millones de euros. Y eso no es fácil de conseguir de los políticos. Aquí en España, sin ir más lejos, la nefasta Esperanza Aguirre -¿futura number one del PP si triunfan los sectores episcopalianos?- estuvo a punto de echar el cierre a todo lo que oliera a ciencia básica cuando estuvo al frente del negociado tecnológico y educativo. Y es que lo tiene la ignorancia: atrevida, conservadora, mezquina y, por supuesto, alarmista. Como el tipo o los tipos del artículo.
Y como bien se dice en los comentarios del enlace, más vale acabar nuestros días devorado por un agujero negro hambriento -que debe molar un rato-, que devorados en estado vegetal por la inevitable degeneración biológica. Claro que a la Espe, como al hoy finado Charlton Heston, les pone más una buena invasión que una buena invención. Yo creo que este último -y me voy del asunto de la historia- interpretó su mejor papel como actor en la estupenda
El planeta de los simios: fingiendo que creía en la teoría de la evolución...
Post Scriptum: Voy a formular ahora un compromiso "light". Escribir al menos dos historias por semanas para revivir el blog. Tengo cosillas que contar, pero el tiempo me devora. Si así lo hago, que los blogueros me lo premien. Y si no, que me (lo) demanden...